MADAME LYNCH

Mi foto
Nombre: Novato
Ubicación: Uruguay

25 enero, 2006

Para leer el texo Click aquí:

http://milton.schinca.tripod.com/madame.htm

04 enero, 2006



Fundación Bank Boston

Fundación BankBoston presenta: "Madame Linch"
Dirección: Elena Zuasti - Autor: Milton Schinca
Espectáculo de gran nivel, con las actuaciones de Cecilia Patrón, Ariel Caldarelli, Roberto Romero, Verónica Caissiols, Christian Fall, Marcelo Pons y Juan Methol.
El día Viernes 22 de Julio en el Teatro Antonio Larreta – Espacio Cultural "El Sótano" (Club Carrasco Lawn Tennis, Eduardo J. Couture 6401).
La obra trata de la incidencia de Madame Lynch (amante de Francisco Solano López) en la política paraguaya, durante la guerra de la Triple Alianza. Esta mujer irlandesa debe enfrentarse a los pruritos de la época, de una sociedad pacata y ganarse un lugar en el corazón de su hombre y el respeto de los paraguayos. Tanto así que se la conoce hasta nuestros días como "Madame Paraguay".
Función exclusiva para clientes BankBotson: Viernes 22 de Julio 21.00hs.

06 diciembre, 2005

CARVE

Madame Lynch
Sala: Sala Antonio Larreta. Carrasco Lawn Tennis.

Actores: Cecilia Patrón, Ariel Caldarelli, Christian Fall, Verónica Caissiols, Roberto Romero, Marcelo Pons, Juan Methol.
Dirección: Elena Zuasti.
Obra de Milton Schinca.

Comentario:
Madame Lynch fué un personaje crucial en uno de los momentos más importantes de la historia paraguaya. Esa irlandesa hermosa y sensual, casada en plena adolescencia con un médico altruísta al que pronto abandonó para reinar, con su fogosa juventud, en los salones parisinos de la segunda mitad del siglo XIX, vivió una apasionada historia de amor con Francisco Solano López, el dictador paraguayo que debió enfrentar la destructiva Guerra de la Triple Alianza. Pero ese episodio es apenas un dramático telón de fondo sobre el que Schinca proyecta las personalidades de estos amantes dispares, unidos no sólo por el amor sino también, y quizá fundamentalmente, por la ambición. Paraguay era en ese momento la nación más adelantada de América, una posición poco cómoda para algunas potencias europeas cuya diplomacia habría de incidir en el desenlace de los acontecimientos. Pero Milton Schinca no se detiene demasiado en los aspectos históricos sino que los aprovecha, con inteligencia y sutileza, para conformar la realidad de un universo político y social en el que habrían de moverse estos protagonistas. Lo que se impone en la obra es una trágica historia de amor, proyectada sobre un panorama que el autor define astutamente en pocas lìneas, en escenas cuyo encadenamiento aclara situaciones históricas o explica, eludiendo toda estridencia crítica, los entretelones de una política sobre la que no toma partido. Si bien Madame Lynch pudo y quizá debió ser la eminencia gris que inspiró más de una decisión de aquel gobierno, Solano López pudo aparecer en algún momento como una figura "romántica", pero también como un gobernante tiránico, de ambiciones desmesuradas y un sentido del poder que no conocía límites, como pudo apreciar aún su propia familia. Pero la historia oficial es aquì menos importante que el desarrollo dramático de esa pasión que envolvería a estos amantes empujándolos a la tragedia. Con escenas cortas y definitorias Schinca repasa ese panorama sobre el que se desenvuelve la historia íntima, en pantallazos que la directora Elena Zuasti propone como fogonazos fotográficos capturando así los aspectos fundamentales de esa realidad doméstica. Quizá esa compartimentación de la anécdota pueda conspirar en parte contra un resultado que es igualmente atractivo, fundamentalmente por la fineza con que Schinca capta la historia. A ese logro hay que sumar una dirección atenta y precisa de Zuasti, en la que importa una cuidadosa, creativa ambientación sonora de Alfredo Leirós que elude cualquier tentación de folclorismo para acompañar adecuadamente el clima de cada situación o el delicioso vestuario de un especialista como Nelson Mancebo.
Cecilia Patròn, enfrentada al mayor compromiso de su carrera, compuso con dignidad y frecuentes destellos de brillo a una Madame Lynch real y sanguínea, desde los resplandores de su fogosa juventud a la fiereza de sus enfrentamientos en un Paraguay en guerra, culminando en una vejez prematura en su final abandono en París. La actriz supo saltear esas barreras para dar en pocos segundos esa evolución de un personaje que encara con evidente apasionamiento. Ariel Caldarelli presta su estampa para recrear a un Solano López un tanto asordinado es cierto, aunque en los momentos de mayor compromiso supo manejar el drama con una buscada contención. Roberto Romero y Verónica Caissiols aportaron su propia cuota de creatividad en un espectáculo que Elena Zuasti manejó con seguridad y solvencia.


Fuente:Carve
Periodista:Yamandú Marichal
Fecha:Martes 4 de octubre de 2005